Retroceso
Las flores ya no perfuman los jardines,
su fragancia ha sido borrada.
Estrellas que extinguen su luz con la fragilidad de una vela;
cuerpos celestes retiran sus vidas del firmamento
en orgullosa despedida.
Las olas han dejado de arropar orillas
y embestir arrecifes
en la noche.
La mañana ya no emite destellos
en la superficie de este mar
indiferente.
Ya sólo queda una resaca eterna;
una marea que desciende decidida,
y un océano que se engulle a sí mismo
en un violento remolino de desesperación.
La retirada de un planeta decepcionado con el hombre.
El fin de una relación dolorosa y egoísta
con el mundo;
una herida que no cesa de sangrar.
Adiós definitivo a la naturaleza,
a nuestra sensibilidad.
Azul líquido,
frondoso verde,
se funden en la nada gris
cómo la ceniza tras el incendio,
en el blanco sucio del deshielo;
luego,
sólo queda el negro
de la más profunda oscuridad.
La luz se apaga y da paso a una llama fría,
una realidad que muere.
Efecto imprevisto de la obra,
cuando se separa de su creador,
cobrando vida propia.
Nuestro palpable destino:
El exilio,
por segunda vez.
Desierto Rojo.
Lejos queda el Edén,
y arriba
se arrepienten.
su fragancia ha sido borrada.
Estrellas que extinguen su luz con la fragilidad de una vela;
cuerpos celestes retiran sus vidas del firmamento
en orgullosa despedida.
Las olas han dejado de arropar orillas
y embestir arrecifes
en la noche.
La mañana ya no emite destellos
en la superficie de este mar
indiferente.
Ya sólo queda una resaca eterna;
una marea que desciende decidida,
y un océano que se engulle a sí mismo
en un violento remolino de desesperación.
La retirada de un planeta decepcionado con el hombre.
El fin de una relación dolorosa y egoísta
con el mundo;
una herida que no cesa de sangrar.
Adiós definitivo a la naturaleza,
a nuestra sensibilidad.
Azul líquido,
frondoso verde,
se funden en la nada gris
cómo la ceniza tras el incendio,
en el blanco sucio del deshielo;
luego,
sólo queda el negro
de la más profunda oscuridad.
La luz se apaga y da paso a una llama fría,
una realidad que muere.
Efecto imprevisto de la obra,
cuando se separa de su creador,
cobrando vida propia.
Nuestro palpable destino:
El exilio,
por segunda vez.
Desierto Rojo.
Lejos queda el Edén,
y arriba
se arrepienten.
Comentarios
Publicar un comentario