La excusa del ser.
Pasillos de color malva,
Una ciudad inesperada.
Brotando de un reflejo,
Un árbol de cristal nace despierto.
Llantos...
A lo lejos.
Un niño de acero
Que avanza sobre el hielo.
Su corazón es negro,
Su rostro, de terciopelo.
Lleva oro en las mejillas,
Y de sus ojos brota
El odio de una Ninfa.
Sedosas las pupilas
De todos los dioses
Que han perdido su partida.
Hojas de fauno y mimbre,
En el vientre de un Buda
Que vierte ríos de vino
Sobre un harén de carne cruda.
Plegarias afinadas de una musa,
Súplicas encerradas, del alma que me busca.
Cuando tus manos ya no dibujan,
Y la orilla de los castillos se ha vuelto difusa.
La mente, una exclusa;
Y el ser, como excusa.
Mañana volveremos a rezarle a la Luna,
Quizá esta vez, nos conceda una.
A. Rheinn
RheinnPoetry
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