Dias grises. (Tú y el cielo)
Días grises
En que miro
A través de la ventana
Y veo el rostro del invierno.
El cielo es asfalto,
Puro cemento;
Por él corren como galgos
Tus recuerdos.
Estilizados,
Bellos,
Dando caza a un conejo blanco
Obsesionado con el tiempo.
Por él corren tus galgos,
A contra pelo,
Siempre en contra de tus deseos.
Recuerdos de lomo brillante,
De pelaje apagado,
Del mismo color que este cielo nublado;
Dulces y heridos
Como tus besos,
Como tus labios;
Veloces y huidos
Como mis sueños,
Lúcidos y ebrios,
Como mis pensamientos
Como mis quiebros.
Tú y el cielo,
Tú, cielo,
Tu cielo,
Es todo lo que pienso,
Es todo lo que siento,
Es todo lo que tengo.
Un par de galgos libres
Cazando en los márgenes de lo etéreo.
Días grises,
Cielo neutro,
Se detiene el tiempo.
Tu rostro, junto a mi amor,
Sumido en el azul de la melancolía,
Mueren eternos;
Se trazan en cúmulos de sueños,
Sin realizar.
Bello y efímero, frío,
Como los reflejos plata de tu pelo negro,
Una luz pura que brilla
En el oscuro rumor de nuestros deseos.
Frío como el hielo,
Puro como cualquier elemento,
Eres un ángel negro
Caído de este Cielo.
"En concreto".
Eres un Sol azabache
En este día gris.
La belleza del amor
Por la herida en cicatriz.
Caída de este cielo
“En concreto”;
Pagaría cualquier precio
Por que fueras mía,
Llevarte lejos,
Muy lejos.
Como Sísifo,
Me llame quien me llame,
No haré ningún movimiento;
Si no es para morir a la orilla
De tu desierto.
Para dibujarme como un trazo en tus manos
Al morir del firmamento,
En nuestro propio infierno
Al atardecer.
Sé uno de mis cielos,
Otra vez.
Sé mi único cielo,
Para que pueda perderme en él.
Sé tú mi océano,
Para que pueda olvidarme de ser.
Por ti
Soportaré el Infierno,
El destierro,
Me ganaré lo absoluto del negro,
Invertiré el cielo para que podamos caer en él,
Sin remordimientos,
Y borraré el significado de la palabra ayer,
No más recuerdos,
Solo un “viviré”.
Llevar el mundo a cuestas,
O esperar el filo de un “Péndulo”
Descendiendo lento hacia mi pecho,
Ansioso por que rasgue mi piel,
Si eres tú, la que duerme en él al anochecer.
Preso en un oscuro agujero.
Como escribió él.
Todo menos esto.
Todo, menos justo esto,
Justo, lo que estoy viviendo:
Tener que escribirte y describirte
Cada día,
Porque no quiero otra cosa que hacer.
Sabiendo que no te tengo,
Que no te tendré;
Sabiendo que no estás tan lejos,
Que te veo,
Pero estás inaccesible, gris;
Traslúcida y borrosa,
Como este cielo de invierno
En Abril.
Como cualquier día
De todo este inv(f)ierno,
Donde todos los días,
Excepto dos, han sido negros.
¿Los buenos?
Ambos lo sabemos.
Cuando mi vida gira
En torno a que tú y yo
Hablemos,
A poner sobre la mesa todo
Lo que no sabemos,
Nuestros sentimientos
Por ejemplo.
Y de vernos...
Pues ya lo sabemos.
No podríamos hablar
Sin ofender a los cielos,
Sin que se llenen de agua los desiertos,
Sin que tantos otros quieran verse muertos.
No podemos...
Demasiados Dioses, semidioses, titanes;
O tu pareja, por ejemplo,
Se morirían de celos.
Se pondrían violentos...
Yo ya tengo mi sitio en el infierno,
¿Pero ellos?
No los veo muy despiertos.
Pues eso, mejor que nos callemos.
Seguiré amándote mientras duren estos cielos.
Seguiré haciéndolo mientras renuncies a cumplir mis deseos.
¿Cuánto hace que no te veo?
Es verdad, maté al tiempo.
Tanto me has olvidado que ya no tengo ni recuerdos.
Por eso los veo corriendo por el cielo,
Como si fueran tus perros;
Dos galgos bellos, grises,
Cielo...
Pero si quieres, hablemos.
Si quieres, nos vemos.
Si quieres, volvemos.
Cuando se trata de ti,
Da igual si acierto,
O a quien cabreo.
No queda otra que hacerlo.
Obedecer tus sueños.
(Yo también soy uno de tus galgos
esperando su pase de subida al cielo,
esperando a ser libre, fuera de los reinos del recuerdo,
yo también soy solo uno de tus perros,
aunque yo no surco el firmamento;
soy solo el halo del desierto.)
La historia de mi vida,
Mi actualidad,
Cuando sois solo tú y el cielo,
Pues nada importa ya.
Tú y el cielo.
Sobre todo,
Cuando combináis perfecto,
Como hoy,
Bajo el gris,
Bajo el cruce recto,
En paralelo
Del color de mi alma y mi cerebro,
Reflejado en tus "te quieros",
Desechos en tus trazos negros,
Entre las dos formas perfectas que más quiero,
Tú, y el cielo.
Rheinn
RheinnPoetry
- Días grises (Tú y el cielo). -
*
Libros: https://amzn.to/2CN0Eem
En que miro
A través de la ventana
Y veo el rostro del invierno.
El cielo es asfalto,
Puro cemento;
Por él corren como galgos
Tus recuerdos.
Estilizados,
Bellos,
Dando caza a un conejo blanco
Obsesionado con el tiempo.
Por él corren tus galgos,
A contra pelo,
Siempre en contra de tus deseos.
Recuerdos de lomo brillante,
De pelaje apagado,
Del mismo color que este cielo nublado;
Dulces y heridos
Como tus besos,
Como tus labios;
Veloces y huidos
Como mis sueños,
Lúcidos y ebrios,
Como mis pensamientos
Como mis quiebros.
Tú y el cielo,
Tú, cielo,
Tu cielo,
Es todo lo que pienso,
Es todo lo que siento,
Es todo lo que tengo.
Un par de galgos libres
Cazando en los márgenes de lo etéreo.
Días grises,
Cielo neutro,
Se detiene el tiempo.
Tu rostro, junto a mi amor,
Sumido en el azul de la melancolía,
Mueren eternos;
Se trazan en cúmulos de sueños,
Sin realizar.
Bello y efímero, frío,
Como los reflejos plata de tu pelo negro,
Una luz pura que brilla
En el oscuro rumor de nuestros deseos.
Frío como el hielo,
Puro como cualquier elemento,
Eres un ángel negro
Caído de este Cielo.
"En concreto".
Eres un Sol azabache
En este día gris.
La belleza del amor
Por la herida en cicatriz.
Caída de este cielo
“En concreto”;
Pagaría cualquier precio
Por que fueras mía,
Llevarte lejos,
Muy lejos.
Como Sísifo,
Me llame quien me llame,
No haré ningún movimiento;
Si no es para morir a la orilla
De tu desierto.
Para dibujarme como un trazo en tus manos
Al morir del firmamento,
En nuestro propio infierno
Al atardecer.
Sé uno de mis cielos,
Otra vez.
Sé mi único cielo,
Para que pueda perderme en él.
Sé tú mi océano,
Para que pueda olvidarme de ser.
Por ti
Soportaré el Infierno,
El destierro,
Me ganaré lo absoluto del negro,
Invertiré el cielo para que podamos caer en él,
Sin remordimientos,
Y borraré el significado de la palabra ayer,
No más recuerdos,
Solo un “viviré”.
Llevar el mundo a cuestas,
O esperar el filo de un “Péndulo”
Descendiendo lento hacia mi pecho,
Ansioso por que rasgue mi piel,
Si eres tú, la que duerme en él al anochecer.
Preso en un oscuro agujero.
Como escribió él.
Todo menos esto.
Todo, menos justo esto,
Justo, lo que estoy viviendo:
Tener que escribirte y describirte
Cada día,
Porque no quiero otra cosa que hacer.
Sabiendo que no te tengo,
Que no te tendré;
Sabiendo que no estás tan lejos,
Que te veo,
Pero estás inaccesible, gris;
Traslúcida y borrosa,
Como este cielo de invierno
En Abril.
Como cualquier día
De todo este inv(f)ierno,
Donde todos los días,
Excepto dos, han sido negros.
¿Los buenos?
Ambos lo sabemos.
Cuando mi vida gira
En torno a que tú y yo
Hablemos,
A poner sobre la mesa todo
Lo que no sabemos,
Nuestros sentimientos
Por ejemplo.
Y de vernos...
Pues ya lo sabemos.
No podríamos hablar
Sin ofender a los cielos,
Sin que se llenen de agua los desiertos,
Sin que tantos otros quieran verse muertos.
No podemos...
Demasiados Dioses, semidioses, titanes;
O tu pareja, por ejemplo,
Se morirían de celos.
Se pondrían violentos...
Yo ya tengo mi sitio en el infierno,
¿Pero ellos?
No los veo muy despiertos.
Pues eso, mejor que nos callemos.
Seguiré amándote mientras duren estos cielos.
Seguiré haciéndolo mientras renuncies a cumplir mis deseos.
¿Cuánto hace que no te veo?
Es verdad, maté al tiempo.
Tanto me has olvidado que ya no tengo ni recuerdos.
Por eso los veo corriendo por el cielo,
Como si fueran tus perros;
Dos galgos bellos, grises,
Cielo...
Pero si quieres, hablemos.
Si quieres, nos vemos.
Si quieres, volvemos.
Cuando se trata de ti,
Da igual si acierto,
O a quien cabreo.
No queda otra que hacerlo.
Obedecer tus sueños.
(Yo también soy uno de tus galgos
esperando su pase de subida al cielo,
esperando a ser libre, fuera de los reinos del recuerdo,
yo también soy solo uno de tus perros,
aunque yo no surco el firmamento;
soy solo el halo del desierto.)
La historia de mi vida,
Mi actualidad,
Cuando sois solo tú y el cielo,
Pues nada importa ya.
Tú y el cielo.
Sobre todo,
Cuando combináis perfecto,
Como hoy,
Bajo el gris,
Bajo el cruce recto,
En paralelo
Del color de mi alma y mi cerebro,
Reflejado en tus "te quieros",
Desechos en tus trazos negros,
Entre las dos formas perfectas que más quiero,
Tú, y el cielo.
Rheinn
RheinnPoetry
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