Ebrio y evaporado (Parte II)

(II)

A veces pienso que no soy humano.

A veces pienso que soy una botella y un cigarro.

A veces pienso que no se por qué escribo.

Que debería dejarlo,

cortarme las manos,

pegarme un tiro.

Recapacito.

Todo se arregla con un cigarro y un chupito.

A veces pienso que no soy yo.

Como dejar seca una botella,

o llevar el tabaco empapado.

Salir a comprar,

ir a por más.

Intoxicado y deshidratado.

A veces pienso que soy sólo eso,
que sólo hay eso;

una botella y un cigarro.

Borracho,

me duermo.

Días en que ni siquiera me levanto.

A no ser que tenga sed.

Que tenga que salir a por tabaco.

Tantas veces me han calado.

Como a una mala droga me han probado.

Nunca es bueno el resultado.

El placer,

la dependencia,

tácitos.

Tantas veces espachurrado y golpeado.

Sólo para verme ahogado,

apagado.

Días en que me siento evaporado.

Como si el mundo me hubiera tragado.

Días en que vivo ebrio.
Cada vez,
 peor destilado.

Suben mis grados.

Aún así; 
todo tipo de gente,

el mismo mundo,

me han tragado.

Engullido y devorado.

Aunque dejara su gaznate abrasado.

Su cerebro,
 desguazado.

Soy alcohol de quemar, 
dicen.

Tras tantas veces haberme vomitado.

El hombre es un niño.

Y el mundo,
 un borracho.

Ninguno aprende la lección.

Vagan sin dirección.

Empobrecidos,
desfavorecidos,
vacíos.

Como un mendigo.

Ninguno,

hombre o mundo,

dice la verdad.

Ya se que lo dice el refrán.

La sinceridad es un juego de borrachos y críos.

Me da igual.

A ellos,

las mentiras,

les parecen cuentos que narrar.

Inofensivas fábulas que relatar.

Tal vez,
 versos que rimar.

No escuchéis.

No os dejéis engañar.

Mentirosos y borrachos.

Juegos de niños,

nada más. 

Rheinn

"Ebrio y evaporado II"

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