Ella.




Tenía los ojos negros
como el silencio.

Su boca:
Entre la miel
y la hiel.

Labios tan dulces
como dañinos.

Una piel suave
como la seda,
de un blanco más puro
que el algodón.
Morena,
de pelo negro azabache,
con un curioso brillo
cuando está mojado;
saliendo de la ducha,
o tras bañarse
en el mar.
Sus cejas
no eran finas
ni pobladas.

Eran salvajes.

Como las
de un animal.

Me moría
por aquél
contraste.

Un rostro angelical,
dotado de una fuerza
que podía aniquilarte
si jugabas mal.
Con ella
todo era una apuesta.
Un constante
arriesgar.

Casi siempre
perdía.

Pero cuando ganaba,
ganaba
el mundo.
Porque
era lo que me jugaba:

Mi propia vida.


Rheinn

"Ella."
Todos los derechos reservados.
RheinnPoetry®

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares