Vals (I)



Esperando el permiso de la vida para sacarla a bailar.
Ansioso de ser atendido,
aunque sea sólo,
 este vals.

Mientras,
 delirios febriles de horas mejores son los que me sacan a bailar.

Recordando rostros y salones,
me pierdo en el inconsciente navegar.

La belleza y la risa,
 brotaban sin cesar.

Me pospongo,
pierdo esencia.
Cuestiono mi existencia;
y vence,
el “ya lo haré”.

***
Hoy,
 perdido:
 Juro.

Mañana no procastinaré,
a tus labios no volveré;
viviré mi sueño,
o moriré.

Siempre capitulo.

Pronto,
 será mi alma,
 lo que venderé.

Pronto,
 ni tus rasgos,
 recordaré.

"Diligente en el vicio y laxo en el pecado".

Tantas veces he fingido estar curado.

Tantos remedios buscados a sentirme cansado.

Vidas teñidas con la rapidez del agua,
coloreadas y oscurecidas en ocres,
como una corteza en otoño,
 o ese mismo agua,
teñida,
por hojas de té.

***
Las horas caen y el tiempo escapa.

Siento Náusea.

La soledad de estas noches escarlata.

Segundos,
horas,
días.

 Fugados por las rendijas de mi moral.

Días perdidos,
 en que hago caso omiso de mi propia voluntad.

Desde el subsuelo,
 escucho:
¡Ponte a trabajar!

Entonces sonrío.

 Al escuchar esa voz,
sé,
 dónde voy a terminar.

***
Una línea ardua de seguir,
un arte difícil de dominar.

Las líneas rectas me estresan.

Las curvas,
las vueltas,
me dan paz.

La experiencia de vivir;
y si no eres cobarde,
tratar de amar.

Demasiado complaciente;
por ello,
 ríe mi voluntad.

Siempre reprochándome mi falta de fidelidad.

/*\

La disciplina como única cura.

Una norma,
 que suena a realidad.

Pero toda norma busca que la rompan,
aunque sea por pura vanidad.

***
No sé si será cierto,
pero me he acostumbrado a vivir en la oscuridad.

Nuevos amigos,
nuevos amores:
Como el Diablo,
o la soledad.

La disciplina como noble cualidad.

Muy cotizada,
difícil de alcanzar.

Acostumbrado al exilio,
viviendo perdido,
asiduo del vicio,
y laxo del placer.

Un cliente habitual,
 de noches y madrugadas;
gran fan
del amanecer.

Eternos diletantes.

Recuerdos y trazos,
actitudes, compañías,
entornos y espacios.

Brumas interminables,
dinero malgastado.

Futuros torcidos y pasados velados.

Rostros humanos;
 retratos mágicos,
recuerdos de personajes:
Como Dorian Gray.

El mundo me llama,
mas no soy de obedecer.

Seguiré escondiéndome,
quizá,
 hasta el punto de enloquecer.

Si vuelven a llamarme del Cielo,
no contestaré.

A una sola seña del Infierno,
me dejaré caer.


Rheinn

"Vals (I)"
Todos los derechos reservados.

Comentarios

Entradas populares