Vals (III)

Tiempo y espacio,
 entrelazados.

Ilusión de continuidad:

Futuro,
presente,
pasado.

Vidas,
con las que soñar.

Amores,
que esperar.

Esa "cosa",
que buscar.

Los aniquilo,
 sin encomendarme a ninguna deidad;
estoy cansado.

Sácame a bailar.
Dedícame este Vals.

Llévame "A tu lado...".

Despeja la espuma de este mar.

Haz que sea un bosque nuevo,
replantado.

Hazme volver a navegar.

Vuelve,
a enseñarme a amar.

***

Esperando a la vida;
a que me dé su permiso,
 para sacarla a bailar.

No dejo de oír música,
qué pena,
 no poderla bailar.

Esa música...
 que fluye sin cesar.

Una melodía...

No la sabré tocar.

Cuando cese,
tal vez,
 no la pueda ni recordar.

Suena justo ahora,
no puede ser fruto de la casualidad.

Por favor,
concédeme,
aunque sólo sea un baile.

Sea sólo,
este Vals.

Si nunca has sentido el corazón paralizado,
es porque no has amado de verdad.

Intuyo espejismos,
 de tiempos que vendrán.

Aunque su imagen sea engañosa,
la verdad es que da igual.

Es el tiempo,
quien hablará.

Sólo él,
 nos juzgará.

El tiempo.
Eso,
es un Dios de verdad.

La vida es corta, corta, corta;
¡Como para vivirla con piedad!
¡Como para no bailarla sin parar!
¡Como para esconderse y echarse atrás!

Si me sorprenden,
que sea viviendo de verdad.

Sombras del tiempo y fantasmas del bardo,

entrelazados,
 formando una ilusión de realidad.

***

Calendario,
agenda,
reloj;

vana ilusión de control.

Veo un ansia pueril,
 de conservación.

Vidas ordenadas a conciencia,
 en la cumbre de la teatralidad.

Vidas truncadas en drama,
 por la ley de la gravedad.

Muchísimas familias,
que ya no saben que esperar.

Una generación perdida,
que mañana llorará.

Un mundo que apesta,
allá dónde uno se atreva a mirar.

Caos e incertidumbre,
fieles de verdad.

Caos e incertidumbre,
la música de nuestro Vals.

De esa melodía,
de nuestra vida,
esa que esperamos que algún día,
nos saque a bailar.

Estoy cansado de esperar.

Nada cambiará.

Todo el mundo jura.

Por ello,
 no hay nadie en quien confiar

Mírame a los ojos,
dime la verdad.

¿Acaso tú amas esta vida,
 esta realidad?
-
 Por favor, Rheinn...
- me dijo.

"No volvamos a empezar."

"Muy bien,
haz como si pasara nada,
como si todo funcionara,
¿verdad?"

Dame la mano,
huyamos juntos,
escapemos,
aprendamos a volar.

Oigo melodías de triunfo,
son los dioses,
percibiendo un impulso,
un llanto,
un canto de libertad.

Un sentimiento humano,
la melodía,
 de este Vals.

¿Pecado,
qué pecado?

La afrenta,
 sería quedarse y no volar.

Sentarse,
y no bailar.

"Si no vienes,
me voy.

Pero sepas,
 que te amo de verdad"

Rheinn

"Vals (III)"

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