Nei.
El fracaso no parece una
opción.
Tampoco el divorcio, la
cosa sea más bien
La
extinción.
No puedo imaginarme un
camino que no apriete.
Una soga a la que mi
cuello no se rebele.
Lo mismo en los pasillos
llenos de juguetes…
El
drama de escoger.
Todo el mundo quiere lo
que no tiene.
Al no tener nada lo
quiero todo.
Aún peor: Me creo capaz.
Luego la vida te
desmiente,
Siempre fue mejor la
virtualidad,
La posibilidad de
imaginar lo que uno quiere,
Frente a lo que realmente
será.
No hay nadie en el mundo
que no proyecte, OK;
Lo mío es demencial,
patológico, enfermedad.
Todas mis visiones e
ideas se inmolan antes de que yo llegue.
Mi cuerpo, mi fisiología,
nunca las validará.
¿Me
falta genio, me falta duende?
¿Tengo
una estrella del revés,
Una
vela negra sobre mí vertiendo su aceite?
¿Qué
sucede?
Nunca lo conseguiré.
Estar tranquilo,
finalizar el drama, no tener que escoger.
Que algo salga, quedarme por una vez en el
estanque siendo rana.
No hay príncipe, ni rey,
que no vea su anochecer;
Yo nací vasallo, así me
quedaré.
Lo económico me agota, lo
político me sofoca, la sociedad me viola,
Joder…
Como
aprieta la corbata haciéndome de horca.
Desde fuera todo parece
ir bien.
A la que entras empieza a
oler.
Todo se pudre, las
mandarinas no siempre están dulces,
Sea el gobierno o tu
pareja… Te la han vuelto a hacer.
¿Qué me queda en serio,
qué me queda?
¿Enloquecer?
Tendré la cama hecha y la
mesa puesta, drogas gratis,
Tendré mi olvido, mi
océano tranquilo, mi anochecer.
Fuera de juicios…
Podría volverme un
proscrito,
Ser vagabundo
Ver siempre libre el
amanecer.
Pagar por un piso,
Traer niños a un mundo
que me saca de quicio,
No ser un drogadicto…
Cuando todo lo que me
queda es la inconsciencia,
El placer.
No
sé…
No
sé…
No
sé cómo lo haré.
Creo
que no lo voy a hacer.
Nei.
Prefiero enloquecer que ceder.
La vida real es un
pastel, de esos que te estallan en la cara.
Por fuera, en el
escaparate, en el catálogo, todo bien.
Cuando mandas hacerlo,
empiezan las dudas de fe.
Luego nadie se casa, y da
del todo igual como esté.
Desde el principio a
nadie le importaba, pero… ¡eh!
¡Algo
había que hacer!
Pues nada… Absolutamente
nada.
Lo único que quiero es
aprender a no ceder.
¿Por qué demonios tengo
que tener una vocación, un talento, un interés?
¿Y si quiero perderme mar
adentro? ¿Dónde aprenderé?
Nadie sabe las reglas de
este juego.
Nadie sabe cómo se juega
ni por qué.
Sin embargo, a todos les
gusta creer.
Creer que existen reglas,
Creer que es un juego sin
consecuencias,
Creer que las escaleras
suben y que los dobles son de prueba.
Jugar a las parejas,
vestir como muñecas, ser hombres de acción…
Yo no llego ni a antihéroe.
El cero absoluto es mi marca de disolución.
¿Cómo hay que hacerlo, en
serio,
Cuando solo quieres decir
no?
No. No voy a escoger.
Elijo no escoger porque
no se puede elegir bien.
Seré un hereje.
Hereje de las decisiones
que tomé,
Ángel caído de mi propia
fe,
Escéptico de cualquier dogma,
Indiferente de fes en
ciernes,
Homicida de certezas y
verdades huecas.
No quiero qué ni porqué.
Ni siquiera quiero ser.
Y aun así, ¿sobreviviré?
Pues no sé….
No sé…
Veremos que dice
El Holandés.
A. Rheinn
RheinnPoetry
- Nei. -
*
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