Una matanza de sueños en las nubes.
Paso las noches escindido por completo,
Rodeado de oscuridad, de soledad, de silencio.
Muerto dentro de mí todo recuerdo,
Los segundos se suicidan saltando desde acantilados en
el tiempo.
¿Qué queremos?
¿Por qué hacemos lo que hacemos?
Ya
nadie tiene respuesta para eso.
Son de esas preguntas que solo se plantean en los
entierros.
De esas respuesta
Que solo pueden contestar los muertos.
No
me quedan fuerzas…
No
me queda tiempo…
Lejos de todo lo que deseo…
Rodeado y carcomido por el odio y el desprecio…
Me pregunto cada noche, si todo lo que alguna vez he
amado
Ha sido solo un sueño…
La vida como un juego,
Un juego en el que siempre pierdo.
¿Qué
son la amistad, el amor, el afecto?
Hoy día solo se practica el valor del dinero.
Sin valor a nuestra existencia, solo por un precio de
unos y ceros.
El barro me cubre los ojos, las pupilas como diamantes
negros…
Recuerdo tu rostro, se me revelan tus labios en las
ascuas del cenicero.
Si me leen las manos, no apareces en ninguno de mis
senderos.
Me preguntan si aún te quiero…
Hace demasiado tiempo que no sé lo que significa eso.
Hace demasiado que no lo siento.
Hace demasiado
Que sé que no lo quiero.
Incapaz de vivir en un mundo que no entiendo.
Aislado en una vida que siempre tiende a cero.
Soñé con la salvación oculta tras tus gestos…
Una risa herida, una carcajada cínica, lanzas que
arrojo en perpendicular hacia el cielo,
Oblicuas regresan, cercenando mis ideas y mutilando
mis sueños,
Rectas, impasibles, me atraviesan, y aun así
Duelen menos que la soledad de mi celda.
Fuera solo me espera el frío,
El futuro vacío de un niño perdido,
El pasado de un joven que acabó contigo.
Tú el último punto
De un camino que hace ya tiempo perdió el sentido.
La vida sin destino,
Un cielo errante que adormece mis sentidos,
Suspiro…
El vapor dibuja la palabra olvido.
La luna perdió su brillo, el sol se ha vuelto un
asesino,
El corazón aún se me desagarra cada vez que recuerdo
La última vez que nos vimos.
Tu dedo, señalando al cielo, despidiendo a un niño,
Describiendo todo lo que siempre he temido.
Tu dedo, en el aire
Suspendido…
La sentencia que me arrojó del paraíso,
Un salto sin alas, sin red, abrazo la Nada
Directo al centro del abismo.
A. Rheinn
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- Una matanza de sueños en las nubes. -
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